Hace cuatro años, un sueño nacido en Catemu comenzó a brillar en los cielos de la región. Aconcagua Cosmos, liderado por la apasionada Carolina Saavedra, ha llevado el astroturismo a nuevos horizontes, acercando las maravillas del cosmos a grandes y pequeños en comunas como Quillota, Putaendo y San Esteban.
Desde niña, Carolina miraba las estrellas con fascinación, soñando con explorar sus secretos. Ese sueño se convirtió en un proyecto único que, con telescopios de alta tecnología y charlas llenas de conocimiento, permite a las personas conectarse con el universo de una manera mágica y educativa.
La ciencia al alcance de todos
Aconcagua Cosmos no solo busca mostrar las estrellas, sino también inspirar a las nuevas generaciones. Carolina explica que su objetivo principal es despertar el interés de los más pequeños, quienes, al mirar el cielo, pueden encontrar la chispa de curiosidad que los guíe a explorar y soñar.
En Catemu, la iniciativa ha iluminado noches inolvidables en sectores como El Ñilhue, Los Cerrillos, Reinoso y el centro de la comuna, en colaboración con Ktmunauta. Para Carolina, estos cielos son un “cielo de transición”, un espacio privilegiado que, aunque no tan famoso como los cielos del norte, tiene un potencial inmenso que nos invita a mirar hacia arriba con orgullo.
Momentos que perduran
Quienes han vivido la experiencia de Aconcagua Cosmos no solo se llevan conocimiento y asombro, sino también un recuerdo tangible: una fotografía bajo el cielo estrellado, un instante congelado en el tiempo que nos recuerda la inmensidad del universo y nuestra conexión con él.
Cerrando los ojos, abriendo el corazón
Al final del día, este emprendimiento no se trata solo de estrellas o telescopios; se trata de sueños, de mirar más allá de lo inmediato y encontrar en el cielo un reflejo de nuestras posibilidades. Carolina y su equipo nos enseñan que incluso desde una pequeña comuna como Catemu, podemos alcanzar el infinito.
Porque al mirar las estrellas, no solo descubrimos el cosmos; también redescubrimos nuestros sueños, y, en ese viaje, encontramos algo aún más importante: nuestra capacidad de soñar en grande y hacer realidad lo imposible.
Por: Ktmu Nauta.